En el norte de Tailandia se encuentra lo que mucha gente denomina la parte más auténtica del país. Templos budistas centenarios, el vanguardista Templo Blanco, tradiciones milenarias, paisajes rurales de campos de arroz y verdes montañas, elefantes, el Triángulo de Oro, el gran río Mekong … forman el tesoro de Chiang Mai y Chiang Rai, las dos provincias de interior más septentrionales de Tailandia.
Después de conocer el poder y las riquezas de Bangkok y maravillarnos con las ruinas de Ayutthaya, durante tres días intensos disfrutamos de muchas experiencias en esta segunda parte del viaje; las más importantes las puedes encontrar en este post.
1. El Triángulo de Oro y paseo en barca por el Mekong
2. Wat Rong Khung- el Templo Blanco
3. Combate de Muay Thai
4. Bazar nocturno
5. Un paseo en tuk tuk
6. Templo Wat Phrathat Doi Suthep
7. Elephant Nature Park
8. Masaje tailandés
El Triángulo de Oro y paseo en barca por el Mekong
El Triángulo de Oro, situado en la provincia de Chiang Rai, es la bella confluencia de tres países: Myanmar (o Birmania), Laos y Tailandia. El gran río Mekong, que nace en el Himalaya y actúa como frontera natural, separa a estos tres países en este punto y por fortuna para la vista no se ve ni un muro ni una valla.
Debes saber que este lugar ha sido (y se cree que puede seguir siendo) uno de los puntos calientes en cuanto al comercio ilegal de opio y de heroína; guías de viajes advierten que la frontera con Myanmar puede ser peligrosa. En Tailandia la posesión de drogas está condenada con penas de cárcel.
Después de distinguir los tres países desde un mirador e imaginarnos que veíamos China en el horizonte, navegamos por el octavo río más largo del planeta en una barca. En ese momento fuimos unos privilegiados ya que estábamos solos en esa parte del río y el único sonido que escuchábamos procedía del motor de la lancha ¡De película!
Wat Rong Khung- el Templo Blanco
Este original templo contemporáneo no deja indiferente a ningún viajero que lo visite. Totalmente blanco, símbolo de pureza para los budistas, fue diseñado por el artista local Chalermchai Kositpipat. Se comenzó a construir «antes de ayer», en 1997, y se especula que finalice ¡en 2070!
Para acceder al edificio principal del templo hay que cruzar un puente rodeado de figuras que simbolizan el deseo y parecen salir del inframundo intentando alcanzar a los visitantes. El puente es una alegoría que representa que el camino hacia la felicidad implica la renuncia a la tentación, la codicia y el deseo.
En el edificio principal (no está permitido sacar fotos en su interior) lo más curioso se encuentra en el mural de la sala donde figuras mitológicas han sido pintadas junto a personajes de la cultura popular como Doraemon, Harry Potter o Michael Jackson ¡Sí! es un templo que rompe con la arquitectura tradicional tailandesa y muy fotogénico, por cierto.
Al igual que Gaudí con la Sagrada Familia, su arquitecto quiere que su templo sea un lugar que atraiga gente de todos lugares del mundo para visitar su ciudad aunque, en mi opinión, en algunos detalles roza la delgada línea de la «turistada» y en otras se traspasa, como por ejemplo en el fotocall del artista.
Combate de Muay Thai
Sin buscarlo, de forma totalmente improvisada, quince minutos después de hacer el checking en el hotel Le Meridien Chiang Rai Resort nos vimos dentro de un combate de muay thai, un arte marcial también conocido como boxeo tailandés que es considerado el deporte nacional. La principal diferencia con el boxeo convencional es que en éste se pueden usar los codos, las rodillas y las piernas.
Según nos contó el personal del hotel fuimos muy afortunados por coincidir con el campeonato, que se celebra una o dos veces al año.
Presenciamos dos combates y aparentaba ser muy importante ya que estaba lleno de fotógrafos y cámaras de televisión. El primero parecía más una exhibición en la que los contrincantes estaban más pendientes de defender que atacar. Y el segundo fue más emocionante, una lucha dura desde el primer momento. Se enfrentaban un boxeador local muy pequeño y uno extranjero muy alto: ¡David contra Goliat! No había pasado ni un minuto y el boxeador local recibió un golpe de su gigante rival que lo dejó ensangrentado. Pero poco a poco fue remontando, devolviendo los golpes y acabó derrotando a su adversario en los puntos.
¡Un consejo! Si en Tailandia te gustaría ver un combate, procura evitar las primeras filas para no ser salpicado de sudor y/o sangre.
Bazar nocturno
Nuestro hotel en Chiang Mai se encontraba muy cerca del bazar nocturno, un gran mercado al aire libre que se organiza todos los días a las afueras de la ciudad. Tras visitar algunos de los wats (templos) más importantes de la ciudad amurallada, aprovechamos para comprar algunos regalos. Nos gustó mas que el Mercado nocturno de Patpong de Bangkok, mejores puestos, más variedad de artículos y más limpio.
En los bazares y mercados tailandeses, los productos no tienen un precio fijo sino que se regatea. Para conseguir un buen acuerdo con el vendedor/a es imprescindible saber cuanto valen las cosas en tu moneda, comparar los precios con otros puestos y regatear hasta un límite porque si les pides un precio muy bajo acaban ofendiéndose.
Un paseo en tuk tuk
Los primeros tuk tuks llegaron a Tailandia desde Japón en los años 50 y entre los turistas se hicieron tan populares que son ya uno de los iconos del país. Su simpático nombre proviene de la onomatopeya del ruido de sus motores.
En Bangkok no nos atrevimos a montarnos después de leer y escuchar que los conductores intentaban timar a los turistas diciéndoles que era gratis y luego los llevaban a tiendas de amigos y familiares para que compraran.
Pero en Chiang Mai nos aventuramos a tomar uno fijando previamente el precio con el conductor y vivimos una divertida experiencia al callejear con este peculiar medio de transporte de vuelta al hotel ¡Hay que agarrarse bien al asiento porque se mueve mucho!
Templo Wat Phrathat Doi Suthep
Este templo se encuentra en lo alto de la montaña y desde él se obtienen buenas vistas de la ciudad (cuando está el cielo despejado, no fue nuestro caso). Según cuenta la leyenda, un elefante blanco en 1390 eligió dónde se debía construir el edificio religioso con sus barritos y dando tres vueltas.
Al ascender por la carretera hasta la base fue bastante curioso ver una gran cantidad de runners y ciclistas que hacían deporte en esa zona.
Y para llegar a él subimos en funicular y descendimos por una llamativa escalera adornada por dos nagas, serpientes mítologicas muy típicas en la arquitectura tailandesa que protegen las construcciones de los malos espíritus.
🐘 Elephant Nature Park
Una de las grandes experiencias del viaje fue visitar este centro de rescate y rehabilitación de elefantes.
En Elephant Nature Park no se organizan paseos sobre elefantes ni se les obliga a pintar cuadros o jugar al fútbol para entretener a turistas como nosotros. Por el contrario, sus cuidadores se encargan de tratarlos bien y sanar las lesiones que han tenido en su vida haciendo trabajos forzosos en circos, granjas o campamentos de elefantes. En él puedes darles de comer, refrescarlos en el río y ver cómo juegan en el barro y se mueven libremente rodeados de naturaleza y sin cadenas. Haciendo clic aquí puedes ver nuestra experiencia.
Si estás interesado/a, te recomiendo reservar con antelación porque las plazas son limitadas y al ser uno de los pocos centros de rehabilitación en Chiang Mai está muy solicitado.
Masaje tailandés
La tradición popular cuenta que el creador del masaje tailandés fue el médico de Buda hace más de 2.500 años. Recomendados por nuestra guía, fuimos a un salón de la ciudad de Chiang Mai a disfrutar esta experiencia milenaria.
Una de las curiosidades es que antes de empezar tú decides el grado de intensidad y durante las casi dos horas que dura tienes momentos de relajación y otros en los que la persona que te está dando el masaje parece que quiere acabar contigo.
Pero al final acabas renovado física y mentalmente. Nos costó 800THB por persona (al cambio unos 20€) y el precio incluía el traslado en tuk tuk y un té.
“No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos”. Cesare Pavese
แล้วเจอกัน
(Laéw-jer-gan/ ¡Nos vemos pronto!)
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Ayutthaya (Tailandia)
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Elephant Nature Park (Tailandia)
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“El viajar no ocupa lugar” Dviajenviaje.com